martes, 13 de noviembre de 2012

Cara de Agua

La noche borra noches en tu rostro...
OCTAVIO PAZ, Nuevo Rostro

Durmió hasta tarde. Soñó un río de aguas diáfanas y márgenes inciertas. Soñó cada piedra, cada hoja, cada reflejo en el curso y cada insecto que lo sobrevolaba. Soñó que lo abandonaba unos momentos y que al volver el río difería del anterior. Creyó, en sueños, que el río no era el mismo porque las aguas se movían regularmente. El río jamás sería el mismo porque el curso conmutaba. 
La noche trabajó sus rasgos. Afuera llovía. Despertó muy lentamente; el claro río seguía en su pensamiento. Fue al espejo, atisbó en él a otro hombre, no al de ayer ni al de antier, ni al de hace algunas horas, ni al que reconoció en el sueño. Era un hombre y era muchos. Prevalecía en su inexacto rostro una continua metamorfosis, un deleznable cambio. Ya no pensó en el río; acaso las aguas cambiaban menos que los rasgos de su cara.      

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