sábado, 16 de junio de 2012

Kafka & Camus: Historia de dos absurdos

Jemand mußte Josef K. verleumdet haben, denn ohne 
daß er etwas Böses getan hätte, wurde er
eines Morgens verhaftet.1
Kafka, Der Prozess

Aujourd'hui, maman est morte. Ou peut-être hier, je ne sais pas.2
Camus, L'étranger

Hace rato que quería hablar de este par de amanuenses del sinsentido: Franz Kafka y Albert Camus. El primero nacido en Praga (Checoslovaquia) en 1883, de familia judía y muerto muy joven a los  40 años en 1924. El segundo nacido en Mondovi (Argelia) en 1913 y muerto en 1960 a la edad de 46 años en un trágico accidente automovilístico.

Kafka
Franz Kafka (1883-1924) fue un eximio escritor checo de lengua alemana. Creció en el seno de una familia judía en la que abundaban profesores, bohemios y artistas. Siempre fue reconocido por ser un estudiante destacado en la escuela. Gracias a dicha índole logra doctorarse en Leyes en la universidad de Praga en 1906.
Lector asiduo de Nietzsche y Darwin, desarrolla una vocación por la escritura a los veinte años cuando comienza a redactar una novela -hoy perdida- intitulada El niño y la ciudad.
Su prosa clara y efectiva le da a Kafka el reconocimiento como uno de los grandes maestros de la literatura contemporánea. Su estilo fresco y límpido queda más que sublimado en dos de sus novelas fundamentales: La metamorfosis y El proceso.
Es un importante precursor de la filosofía del absurdo. Filosofía que, posteriormente, sería elucidada a detalle por Camus en El mito de Sísifo.
Las novelas de Kafka se encuentran anegadas por atmósferas de sordidez, desesperanza, soledad, desamparo y sin sentido. Plantea la existencia del hombre como una existencia endeble, que puede ser pertinazmente sojuzgada por los embates de la enfermedad o los sistemas sociales. La inexorabilidad de la soledad es, sin duda, una de sus mayores preocupaciones, al igual que las reacciones del hombre ante los infortunios de la vida. Reacciones que suelen ser indiferentes.

Camus
Albert Camus (1913-1960) fue un egregio escritor, ensayista, filósofo y dramaturgo francés, comúnmente encasillado en el movimiento existencialista del que también participaron Sartre y De Beauvoir. Pasó su infancia y juventud en Argelia donde también cursó estudios de filosofía y fundó grupos de teatro en los que actuaba, escribía y dirigía.
A los veinticuatro años publica su primer libro: Al derecho y al revés, y escribe una novela que nunca publicaría: La muerte dichosa.
Durante la segunda Guerra Mundial participa con las fuerzas clandestinas en contra de los alemanes y su novela El extranjero es publicada por una editorial parisiense de la cual eventualmente se volvería lector asiduo. Ese mismo año publica su ensayo El mito de Sísifo con el que alcanza gran renombre y popularidad.
En 1947, a los treinta y cuatro años de edad, publica la novela La peste con la que obtuvo el “premio de los críticos”.
En 1957, a los cuarenta y cuatro años de edad, Camus se convirtió en el escritor más joven, después de Rudyard Kipling, en recibir el premio Nobel de Literatura.
La indiferencia ante la vida y la filosofía del absurdo son temas claves para entender la obra de Camus. Su novela capital El extranjero representa un paradigma de indiferencia frente a los sistemas sociales y la moralidad humana.    

Der prozess : L’étranger


En gran medida debo la creación de esta nota a este par de portentosas novelas: El proceso (Der prozess) y El extranjero (L’étranger), y a la similitud argumental que entre ellas existe. La primera escrita por Franz Kafka y publicada en 1925, la segunda urdida por Albert Camus y publicada en 1942.

El protagonista de Kafka, Josef K., es un burócrata en ascenso, condenado a un proceso jurídico sin causa alguna. No sabe quién le acusa ni porque. Es arrojado a un laberinto de incertidumbre y sinsentido, llevado a lo largo de angustioso proceso, cuyo final es símbolo incuestionable de uno de los dramas más detallados y absurdos del siglo XX. Un dédalo sin salida. La esperanza no tiene cabida en esta urdimbre de acontecimientos irracionales e injustificados. El sistema social trama en contra del personaje y lo consume poco a poco, mengua su moral haciéndole creer que todo va a salir bien. He aquí el absurdo. Una promesa de bonanza ambigua y fatal. Y al final no queda más que la indiferencia ante la vida. El qué importa. El no hay más. Porque lo único que verdaderamente pertenece a los hombres es la muerte, que es inexorable, que es certera.

“Pero las manos de uno de los señores se posaban ya en la garganta de K., mientras el otro le hundía profundamente el cuchillo en el corazón y lo hacia girar dos veces.”


Mersault, personaje central de Camus, es un hombre indiferente y ajeno a las convenciones morales de su entorno. Abúlico, diáfano, y aparentemente simple, es un espíritu extranjero en el mundo. Impasible, sublima su desdén con actitudes de extraña condescendencia y aceptación frente a los juicios que sobre él se ciernen.
Asesina a un árabe y es sometido por una corte que delibera su prematura muerte, no por el asesinato en sí, sino por la falta de sensibilidad en el funeral de su madre, al no llorar ni mostrar algún estado de duelo ulterior. La razón del patíbulo: indiferencia.

“Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, me quedaba esperar que el día de mi ejecución haya muchos espectadores y que me reciban con gritos de odio.”    


Es indudable y notoria la influencia que ejerció Kafka en Camus. La construcción similar de sus novelas y la temática absurda es evidencia incontrovertible de esto. Pero no nos confundamos, aunque el argumento principal sea prácticamente el mismo (el absurdo), las estructuras narrativas son completamente disímiles: uno escribe en alemán y el otro en francés, uno en tercera persona el otro en primera. Son historias plagadas de detalles que las vuelven únicas e indisolubles. Obras maestras de la literatura contemporánea; son novelas imprescindibles para entender toda esta filosofía del absurdo que permeó gran parte de la literatura del siglo XX.
Cabe destacar que El mito de Sísifo (Le Mythe de Sisyphe) de Albert Camus dilucida espléndidamente los principios fundamentales de esta filosofía y plantea y desarrolla un problema  esencial de la existencia humana: el suicidio.   
  
Notas:
-Otros escritores y filósofos importantes para comprender el absurdismo son Dostoievski, Nietzsche, Jaspers, Chestov, Kierkegaard, Beckett y Sartre.
-En un principio, y como lo planteaba su testamento, la novela El proceso de Kafka debió haber sido destruida y nunca publicada. Pero su testamentario Max Brod, haciendo caso omiso de la última voluntad del escritor, la publicó con todo y que algunos capítulos habían quedado inconclusos, dando a conocer al mundo una de las obras primordiales del sinsentido y de toda la literatura contemporánea.

Traducciones:
1. "Alguien debió haber calumniado a Josef K., puesto que, sin haber hecho nada malo, fueron a arrestarlo una mañana." Kafka, El Proceso
2. "Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé." Camus, El extranjero