sábado, 31 de diciembre de 2011

Evocando al 2011

Estamos en los albores de la muerte de un ciclo representado por aproximadamente 31536000 segundos. Para muchos es una fecha que simboliza la nostalgia y el comienzo del fin del mundo (sí claro), para mí no es un día que sea diferente a los demás, es mas bien una fecha utilizada como pretexto para las reuniones familiares y un gasto desmesurado en comida, la cual, en su mayoría, nunca se acaba (creo que para eso está el recalentado). En fin, a pesar de que no me gusta sentirme esclavo del tiempo (es imposible no serlo), redactaré el recuento de los daños en el 2011:
Este año me recibió con una inscripción a segundo semestre de mi carrera ingeniería eléctrica-electrónica con las materias conformadas por cálculo integral, álgebra lineal, estática, computación para ingenieros y literatura hispanoamericana. Entusiasmado, me adentré en el mundo de la abstracción matemática. Mi horario era de 7:00 AM a 11:30 AM, estaban corridas las materias. A la postre me arrepentiría de un horario tan insano, me despertaba a las cuatro de la mañana para llegar a tiempo y ya para las once y media no aguantaba el sueño. Para no prolongar el relato diré lo que pasó en cada clase:
Computación para ingenieros: todo el semestre me fue bien en general (tareas y examenes), una semana antes de terminar y con un 9.6 de promedio en la teoría, mi profesor de laboratorio nos aplicaría un examen que no aprobaría por la dificultad. Si no pasas el laboratorio, no pasas la teoría. Adiós programación avanzada.
Cálculo integral: la tomé con el profesor que me había dado calculo diferencial. No me gusto su forma de calificar (todo en equipo) y la abandoné como a la mitad del curso. Adiós cálculo vectorial.
Álgebra lineal: mi materia favorita en lo que va de la carrera, irónicamente una de las que tiene mayor índice de reprobación. La aprobé con ocho de calificación, me sentí orgulloso.
Estática: Ni siquiera sabía con que maestro me había inscrito, valiosa lección, no volveré a meterme a un grupo que diga "profesor por asignar". Mi profesora resultó ser una de las peores docentes de toda la facultad. Abandoné la materia como dos semanas después. Adiós cinemática y dinámica.
Literatura Hispanoamericana: evidentemente mi clase favorita, la disfruté mucho. La aprobé con diez de calificación.
Ésto fue la primera mitad del año, el semestre ulterior sería de redención.
Las vacaciones de verano fueron netamente de lectura. Descubrí nuevos mundos y nuevos autores.
Mi reinscripción a tercer semestre fue más complicada ya que no contaba con un buen número de inscripción debido a las materias atrasadas, aún así, conseguí un horario más accesible con respecto a mis actividades oníricas, entraba a las 11:30 AM lunes, miércoles y viernes, 5:45 PM martes y jueves. Dormía alrededor de 11 horas.
Mis clases estuvieron conformadas por cálculo integral, estática, principios de termodinámica y electromagnetismo, introducción a la economía y temas selectos de filosofía, ciencia y tecnología. Una combinación favorable para mi promedio decadente. Aprobé cálculo integral con ocho, estática con nueve, principios de termodinámica y electro con siete, economía con ocho y filosofía con diez. Pagué mi deuda con el plan de estudios. Todo terminó bien incluyendo la conclusión de mi servicio militar que tantos planes me frustró los sábados.
Me he limitado a hablar en su mayoría de mi actividad académica por que considero que gran parte de mi vida gira en torno a esta, claro que la literatura contribuyó a volverlo más soportable y ameno, y lamento no dedicarle más tiempo a esto que tanto amo.
Me despido del 2011 en compañia de Borges, Fuentes, García Márquez, Asturias, Hesse, Hemingway, Rulfo, Gardner, Tolstoi, Dostoievski, Nabokov, Cortázar, Poe, Chéjov, Baudelaire, Nietzche, Descartes, Newton, Einstein, Bernoulli, Coulomb, Euclides, Pascal, Gauss y la infinidad de pensadores egregios que me faltan. 
Les deseo un satisfactorio fin de año y un aún más satisfactorio y artístico 2012.

Alexis 

viernes, 30 de diciembre de 2011

Xipe Tótec

Hacia el este en un frío valle legendario
nace el dios fértil e inmaculado
revestido de espigas doradas sobre la aurora
de carmesí, imitando el sacrificio.
Nuestro Señor, el Desollado se despoja
de la piel y nos alimenta con su dermis,
y llueve, simbolizando la sangre derramada
sobre la humanidad y las cosechas
de maíz enterrado bajo el yermo.
Inmolado sea el esclavo
en la piedra sagrada del recinto
extirpado el corazón, luego desollado.
La piel dorada vuelta su armadura
representando el eterno renacer
del elegido.
El sacerdote con la vestidura del esclavo
danza y canta al rededor del artefacto pétreo,
invocando al bebedor nocturno, 
incitándolo al orvallo 
invitándolo al diluvio.
Cada año nos evitas las sequías
en nuestros campos destemplados
torvos, usas la nueva piel en primavera
y evocas a la serpiente
alígera, emplumada.

Alexis