A continuación se redacta una breve biografía de uno de mis escritores favoritos, y no porque sea mexicano, sino por la altísima calidad de su prosa y esa habilidad única para describir desde el México revolucionario hasta el México contemporáneo, así como el folclor que prevalece en nuestras costumbres y tradiciones.
Espero con gran avidez desde hace tiempo su, al parecer furtivo, nombramiento Nobel de Literatura.
Carlos Fuentes
(Ciudad de Panamá, 1928) Narrador y ensayista mexicano cuya obra se sitúa en el llamado boom
de la literatura hispanoamericana. Es uno de los escritores más
importantes de todos los tiempos en el conjunto de la literatura de su
país. Figura dominante en el panorama nacional del siglo XX, por su
cuidadosa exploración de México y lo mexicano, a través de una obra
extensa y que usa un lenguaje audaz y novedoso capaz de incorporar
neologismos, crudezas coloquiales y palabras extranjeras, su propuesta
se sumerge en el inconsciente personal y en el colectivo, y traslada con
vigor a las letras mexicanas los mejores recursos de las vanguardias
europeas.
Hijo de un diplomático de carrera, tuvo una
infancia cosmopolita y estuvo inmerso en un ambiente de intensa
actividad intelectual. Licenciado en leyes por la Universidad Nacional
Autónoma de México, se doctoró en el Instituto de Estudios
Internacionales de Ginebra, Suiza. Su vida estuvo marcada por constantes
viajes y estancias en el extranjero, sin perder nunca la base y
plataforma cultural mexicanas.
Carlos Fuentes
En la década de los sesenta participó en diversas publicaciones literarias. Junto con Emmanuel Carballo fundó la Revista Mexicana de Literatura,
foro abierto de expresión para los jóvenes creadores. A los veintiséis
años se dio a conocer como escritor con el volumen de cuentos Los días enmascarados,
que fue bien recibido por la crítica y el público. Se advertía ya en
ese texto el germen de sus preocupaciones: la exploración del pasado
prehispánico y de los sutiles límites entre realidad y ficción, así como
la descripción del ambiente ameno y relajado de una joven generación
confrontada con un sistema de valores sociales y morales en decadencia.
Las promesas de originalidad y vigor que se vislumbraban en esa obra se cumplieron plenamente con La región más transparente
(1958), un dinámico fresco sobre el México de la época que integra en
un flujo de voces los pensamientos, anhelos y vicios de diversas capas
sociales. En 1962 apareció La muerte de Artemio Cruz, una de las
mayores novelas de las letras mexicanas. Sus páginas detienen por un
instante, con una prosa compleja de identidades fragmentadas, el flujo
de conciencia de un viejo militar de la Revolución de 1910 que se
encuentra a punto de morir, e indagan en el sentido de la condición
humana.
Esas obras iniciales cimentaron un ciclo
denominado por el autor "La edad del tiempo", obra en constante progreso
a la que se fueron sumando diversos volúmenes. Zona sagrada (1967) retrata la difícil relación entre una diva del cine nacional y su hijo. Terra Nostra
(1975), novela muy extensa que muchos consideraron inabordable, llevaba
al límite la exploración de los orígenes del ser nacional. Cristóbal Nonato (1987), inspirada en Tristram Shandy de L. Sterne, narraba el Apocalipsis nacional empleando la voz de un niño que se está gestando.
A esta selección se agrega la novela corta Aura
(1962), historia mágica, fantasmal y extraña en la mejor tradición de la
literatura fantástica. Su experimentalismo narrativo fue menguando en
el curso de los años, como se hizo perceptible en Diana o la cazadora solitaria
(1994), breve novela que recontaba su tormentosa relación con la actriz
Jean Seberg. A pesar de ello agregó a su obra títulos interesantes como
Constancia y otras novelas para vírgenes (1990), El naranjo o los círculos del tiempo (1993) y La frontera de cristal (1995), conjunto de historias centradas en la línea divisoria que separa a México de Estados Unidos.
Fuentes también ha publicado La campaña (1990), Los años con Laura Díaz (1999), Instinto de Inez (2001) y La silla del águila
(2003). Ensayista, editorialista de prestigiosos periódicos y crítico
literario, ha publicado también obras de teatro. Una inteligencia atenta
al presente y sus inquietudes, el profundo conocimiento de la
psicología del mexicano y una cultura de alcance universal hacen de su
obra un punto de referencia indispensable para el entendimiento de su
país. En 1994 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las
Letras.
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