lunes, 7 de enero de 2013

Sísifo

Una cadena de ceniza pierde forma en el Estigio.
A lo lejos, hacia el este, una roca se desploma en un declive.
En la cumbre de la escarpa, un condenado se lamenta.

Castigo de los dioses, temible esfuerzo
sin sentido; vuelve al inicio deplorable,
de la cumbre a la falda de la falda a la cumbre
renueva su tortura; roca trágica
cae sin fin bajo su peso, ya otra roca
conoció el héroe Prometeo.
Aherrojó a la muerte, vana infamia:
dilató a los hombres su martirio.
No supo que el destino sin ocaso
no es válido destino, es repetición
aborrecible del arquetipo.
A mitad de la montaña bajando en su fatiga
va el rey de Éfira, triste y eterno
como su camino.

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